"Siendo uno de los garantes del proceso de Minsk junto con los socios de Berlín y de París, Rusia se ha esforzado y seguirá esforzándose al máximo para solucionar este conflicto y hallar una decisión política", destacó.
El Kremlin ha dicho en numerosas ocasiones que no existe alternativa alguna a la solución política y diplomática de la crisis en Donbás, según lo estipulado por los acuerdos de Minsk.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 10.000 muertos y más de 22.700 heridos.
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Desde finales de enero se observa un deterioro de la situación en la zona del conflicto y un fuerte incremento de los tiroteos.