Al mismo tiempo, según datos del ente, 550.000 civiles se quedaron en Mosul pese a los combates que el Ejército de Irak y la coalición internacional encabezada por EEUU libran desde el pasado 17 de octubre para expulsar a los terroristas de Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países).
La liberación del este de Mosul también permitió que las organizaciones humanitarias intensificaran su labor para asistir a la población.
En total desde el inicio de la ofensiva militar, más de 878.000 personas recibieron ayuda humanitaria, indica la OCHA.
En estos momentos, las preocupaciones de estas entidades se centran en la suerte de los cerca de 800.000 civiles que permanecen en el oeste de Mosul, todavía bajo control de Daesh y desde el 19 de febrero objetivo de una operación militar.
Además, los civiles podrían verse bajo fuego cruzado y sus viviendas y otros edificios sufrirían graves daños.
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Según se estima, la operación en el oeste de Mosul podría provocar entre 250.000 y 400.000 desplazados.