"Venimos porque esa es una cicatriz de nuestro país que no debemos olvidar, miles de familias fueron separadas por el feriado bancario", comentó a Sputnik una de las participantes de la protesta organizada por el Gobierno, Cecilia Donoso.
La mujer recordó que cuando los ahorros de su familia fueron congelados y luego vino la dolarización de la economía en 2000, su esposo tuvo que emigrar a España para conseguir empleo, por lo que ella debió criar sola a sus hijos y afrontar, 10 años después, la desintegración de su matrimonio.
"No solo nos quitaron nuestra plata, arruinaron nuestras familias, se llevaron todo", contó esta mujer de 52 años que participó desde temprano en la marcha vestida de negro y púrpura.
El 8 de marzo de 1999, el entonces superintendente de Bancos, Jorge Egas, informó al país que se imponía un feriado bancario, a pesar de que días antes el presidente Jamil Mahuad (1998-2000) había asegurado en cadena nacional que el Gobierno "jamás" iba a incautar ni "confiscar las cuentas de nadie".
El país vivía una importante crisis económica y había operado una liberalización del sector financiero que lo dejaba sin control, al tiempo de que había aprobado una agencia de garantía de depósitos por la cual el Estado se hacía cargo de las deudas de la banca privada.
El feriado duró cinco días, durante los cuales los bancos no atendieron al público, mientras miles de ciudadanos salieron a las calles y se abarrotaron en las inmediaciones de las entidades bancarias.
Al levantarse el feriado, Mahuad anunció que los depósitos superiores a dos millones de sucres (luego de la devaluación, equivalentes a 80 dólares), permanecerían congelados durante un año.
Pero la medida no logró evitar la quiebra de los bancos, que fue enteramente asumida por el Estado y trasladada a la sociedad.
La crisis vino acompañada de fuertes medidas fiscales, subieron los impuestos y se eliminaron subsidios.
Se calcula que el feriado derivó en el congelamiento de 1.941 millones de dólares y en la emigración de al menos tres millones de personas que buscaron mejor suerte en Estados Unidos y Europa.
El comerciante José Tolima, espectador de la protesta, estimó necesario recordar lo ocurrido hace 18 años, pero criticó la marcha organizada por el Gobierno como estrategia para desacreditar al candidato presidencial opositor, el exbanquero Guillermo Lasso, quien formó parte de la administración de Mahuad.
Lasso sostuvo que su participación en el Gobierno de Mahuad ocurrió meses después de decretado el feriado bancario y que no tomó parte en esa decisión, aunque la opinión pública mantiene una postura dividida al respecto.
Mientras, el colectivo Vivas Nos Queremos también criticó que se hubiera organizado la marcha durante el Día Internacional de la Mujer "como plataforma política" y la calificó como "un irrespeto a las mujeres ecuatorianas".
El Gobierno, defendió la protesta, mientras ministras y legisladoras participaron de la misma con consignas en defensa de los derechos de las mujeres.
