En julio de 2016, la OTAN aprobó un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa que incluye el despliegue de batallones multinacionales en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia en el marco de una política de contención de Rusia, a la que acusa de desestabilizar la situación en Ucrania.
"Un avión con 130 militares del Reino Unido aterrizó en la base aérea Amari, cerca de Tallin", dice el comunicado.
Los soldados se dirigirán a la localidad de Tapa en la cual ya están estacionados unos 80 efectivos británicos que junto con militares estonios se están preparando ante la llegada de otras unidades de la OTAN.
Se espera que en las próximas semanas se suman a ellos los militares y el material bélico del Reino Unido y Francia.
El despliegue del batallón de la OTAN en Estonia, que contará con 1.200 personas, debe finalizarse en la primera mitad de abril.
La Alianza explica que el envío de batallones se debe a la "preocupación por las acciones agresivas de Rusia".
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Moscú sostiene que el despliegue de estos contingentes cerca de su frontera supone una amenaza a su seguridad, además de ser medidas provocativas que carecen de fundamento real, al no existir ninguna acción agresiva por parte de Rusia.