"Lo que está pasando es que todavía a pesar de los recortes no se ha compensado la sobreoferta y hay constantes anuncios de nuevas inversiones en las lutitas norteamericanas y la apertura de yacimientos que amplían el horizonte de nueva extracción de crudo", añadió.
A finales de 2016 la OPEP acordó, junto con Rusia, recortar la cuota de producción y ubicarla en 32.5 millones de barriles al día.
Desde entonces, el precio del barril del petróleo se mantuvo por encima de los 50 dólares por barril, hasta las últimas semanas, cuando volvió a pasar esa barrera, para llegar a los 47,34.
Ante este escenario añadió que "las apuestas en este momento se están moviendo en contra, con el aumento de posiciones cortas y una disminución de posiciones largas".
El también asesor del Banco Central de Venezuela, señaló dichas perspectivas "hacen posponer, mucho más, la ansiada hora del equilibrio de oferta y demanda".
En el caso de Venezuela, el especialista señala que el Gobierno está con las manos amarradas, "porque realmente las circunstancias son muy difíciles".
Y es que, el 90% de los ingresos en divisas de esta nación suramericana dependen del petróleo, por lo que en los últimos dos años se ha visto afectada por la caída del precio del barril de dicho hidrocarburo.