Todavía nadie se explica qué tiene que ver la muerte de un ciudadano chino a manos de la policía de París, por lo cual Pekín pide más seguridad para sus compatriotas, con quienes sean los presuntos organizadores de las protestas. Así, distrajeron la atención sobre el pedido de más seguridad, incluidas cámaras en las calles, para la protección de los damnificados.
La pista de la mafia china se supo tras la filtración de un informe de la Dirección General de la Seguridad Interior, donde se asienta que "la mafia china controla las actividades vinculadas a la muerte de Li Shaiu y participa en la violencia que las matizan". Alain Rodier, director de investigaciones del Centro nacional de Inteligencia se mostró sorprendido de que dicho informe, que debía ser confidencial, se filtrara a la prensa. Hay quienes se animan con la teoría de una filtración calculada.
París es un campo de orégano para los delincuentes, y los chinos su presa fácil. ¿Una de las razones? No usan tarjetas de crédito, sólo metálico. Así lo explica el columnista de Sputnik y exdirector de la cadena Euronews, Luis Rivas, quien añade que los criminales no miran ni edad, ni género ni condición. Da igual si se trata de un anciano, un niño, o una mujer embarazada. Y si es un turista adinerado, mucho mejor.
De los peligros que implica ser chino y estar en París al mismo tiempo, nada informan los medios dominantes de Europa y EEUU. A esto se suma, según Rivas, que los chinos tampoco son un "buen negocio para las organizaciones de Derechos Humanos o antirracistas. "Nunca les hacen mucho caso" a los chinos "porque no se quejan nunca, porque tampoco es un 'cliente' interesante, porque no está pidiendo igualdad de derechos. Está pidiendo por ejemplo más seguridad, más cámaras en la ciudad, entonces no es el socio más adecuado, el ‘cliente’ más adecuado para ciertas organizaciones antirracistas", concluye Luis Rivas.