"Las negociaciones van muy lentamente y, desde luego, en Sinn Féin no tenemos miedo a unas segundas elecciones pero el Gobierno británico ni quiere esta opción", declaró a Sputnik Pat Doherty, diputado absentista en el Parlamento de Reino Unido.
Brokenshire insta en cambio a "todos los partidos a continuar hablando y buscando la forma de resolver las cuestiones pendientes".
Las negociaciones están particularmente estancadas en lo referente a la fórmula de afrontar el 'legado del conflicto', que potencie la verdad, la justicia y la reconciliación entre las divididas comunidades del Norte de Irlanda.
Más de 3.500 personas murieron desde 1969 a 2001 en el violento enfrentamiento sectario entre el movimiento republicano irlandés y bandas paramilitares lealistas británicas, además de las fuerzas armadas del Reino Unido.
De acuerdo con el detallado índice de Malcolm Sutton, el IRA y otros grupos republicanos son responsables de 2.057 muertes; los lealistas, de 1.027; las fuerzas de seguridad británicas, de 363; las fuerzas de seguridad irlandesas, de 5; y se desconoce la autoría de 80 asesinatos.
En las elecciones del 1 de marzo, el unionismo perdió su tradicional mayoría en el parlamento de Belfast y el DUP mantuvo su liderazgo por algo más de un millar de votos.
Sinn Féin quedó en segunda posición por un solo escaño, su mejor resultado desde la creación del gobierno compartido en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998.
El nuevo ultimátum de Londres cae en la semana de Pascua y traerá sin duda a la memoria los duros esfuerzos para aprobar el histórico documento que llevó al fin de la guerra del IRA.
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El acuerdo se selló sin la firma del entonces líder del DUP, el ya fallecido reverendo Ian Paisley, que boicoteó el proceso de paz con el resto de sus correligionarios.