No obstante, las opiniones de varios expertos surcoreanos acerca del tema divergen. Así, mientras unos opinan que es bastante temprano para sacar conclusiones ya que la declaración de Trump no ha sido acordada en EEUU, otros proponen comprar el sistema THAAD.
Al mismo tiempo, los analistas insisten en que el despliegue de THAAD debería ser revisado por el nuevo Gobierno del Corea del Sur.
Según el investigador del Instituto de Sejong, Lee Seong-hyeon, la declaración de Trump exige una consideración profunda, pero no en China o Corea del Sur, sino, sobre todo, en EEUU, debido a que "el THAAD es un armamento que pertenece a Washington y se utiliza por Washington".
Lee recordó las palabras del comandante de las Fuerzas Armadas de EEUU en Corea del Sur, quien dijo que el sistema de defensa antimisiles THAAD es necesario para proteger a los militares estadounidenses en el país asiático.
"Las autoridades de EEUU también han afirmado en reiteradas ocasiones que el THAAD es un activo de EEUU y, por lo tanto, la declaración de Trump no ha sido discutida en el país", apuntó el experto.
De esta manera, debido a esta declaración los funcionarios estadounidenses podrían "situarse en un aprieto".
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No obstante, según varios medios, la declaración de Trump, pronunciada en la víspera de las elecciones presidenciales en Corea del Sur, puede tener un impacto negativo en la cooperación respecto a la resolución del problema norcoreano.
Lee destacó que la cuestión de los gastos relacionados con el THAAD tiene que ser acordada en EEUU, teniendo en cuenta "el estilo de Trump quien ya ha hecho declaraciones fuertes y provocadoras ante todo el mundo".
"Corea del Sur podría esperar un par de días, sin caer bajo la influencia de la declaración, y responder después de que EEUU proporcione más comentarios acerca de su postura", profundizó.
Cheong Seong-Chang, director del Departamento de la Unificación de Estudios Estratégicos del Instituto de Sejong, insta a que el Gobierno de Corea del Sur compre el sistema THAAD ya que este hecho podría tener una serie de consecuencias positivas.
Primeramente, Moon Jae-in del partido Minju de Corea, favorito de la carrera presidencial surcoreana, afirma que la decisión acerca del despliegue del THAAD debe ser tomada por el nuevo Gobierno. Por lo tanto, será Moon Jae-in quien podría beneficiarse de la declaración de Trump.
Además, la adquisición del THAAD por Corea del Sur demostraría a China que estos sistemas no se utilizan con el fin de contener al gigante asiático, sino para impedir la escalada del conflicto entre Seúl y Pekín.
"El enfoque económico abre la posibilidad para entablar negociaciones para Corea del Sur y crea un situación muy favorable para que Moon Jae-in aborde este tema no solo desde el punto de vista de la seguridad, sino también desde la perspectiva de los intereses económicos", destacó el experto.
Cheong también indicó que "entre EEUU y China existe competencia en la esfera militar", mientras que las relaciones entre Corea del Sur y China no están marcadas por este rasgo competitivo, por lo cual Seúl no tiene motivos para "echar una ojeada en los activos estratégicos de China".
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Según el analista, 1.000 millones de dólares es una "suma muy grande". Sin embargo, la adquisición del THAAD permitirá a Corea del Sur gastar menos dinero en otros tipos de armamento.
"Ya estamos perdiendo 12.000 millones al año debido a las medidas recíprocas de China, pero así contaremos con una ventaja económica", explicó.
No obstante, agregó, existen ciertas dudas de que Washington venda el THAAD a Seúl.
A juicio de Kim Yeon-ho, diputado del Partido Demócrata Juntos, lo primero que hay que hacer es "asegurarse de que el THAAD es realmente capaz de resolver el problema de la protección de los misiles norcoreanos".
Según prosiguió, Corea del Norte no tiene la capacidad para lanzar misiles nucleares contra China o Rusia, por lo cual "el temor a estos misiles es un problema interno de Corea del Sur". De esta manera, el Gobierno surcoreano tiene que asegurarse de la capacidad militar real del THAAD y de si estos sistemas son capaces de defender una población de 50 millones.
"El nuevo Gobierno no solo tiene que considerar la cuestión de la pureza jurídica del despliegue del THAAD, sino también abordar el tema de su validez", concluyó.