"Brasil tomó la decisión de mandar de vuelta (al embajador) en un gesto de buena voluntad, porque no se puede perder ninguna posibilidad de ayudar en la mediación", dijo el ministro en declaraciones a la Agência Brasil y en referencia a la crisis que atraviesa Venezuela.
El Gobierno de Venezuela calificó el proceso como "golpe parlamentario" y llamó a consultas a su embajador Alberto Castellar; poco después Brasil respondió de forma recíproca y también llamó a consultas a su representante.
Jungmann no supo confirmar si Venezuela corresponderá el gesto y también se reincorporará el embajador venezolano en Brasil.
"A pesar de las críticas que Brasil tiene que hacer, debido a sus convicciones (…) tenemos en mente la necesidad y disposición de mediar en el conflicto que hoy está instalado en Venezuela y que preocupa a todos", aseguró el responsable de Defensa.
El ministro también reiteró que existen "planes de contingencia" para cuestiones humanitarias si el conflicto en el país vecino se agrava.
Según el ministro, una tesis académica apunta a la hipótesis de que si se abriera un conflicto frontal en Venezuela podría haber entre dos y 2,5 millones de refugiados.
A pesar de que las autoridades locales pidieron ayuda al Gobierno Federal para acoger en condiciones a los venezolanos que ingresan, el ministro consideró que por el momento no será necesario construir centros de acogida.
Venezuela atraviesa una severa crisis política y económica, con manifestaciones callejeras cotidianas en las que ya han muerto más de 40 personas, enfrentamiento de poderes y escasez de alimentos y medicamentos.