"La junta de gobierno del Banco Central ha decidido aumentar en 25 puntos base el objetivo de la tasas de interés interbancaria a un día a un nivel de 6,75%", señala el texto.
"A pesar del desempeño favorable que en general se ha observado en los mercados financieros nacionales, prevalece incertidumbre en el entorno externo", dice el documento de la Junta de Gobierno de Banxico.
Con este aumento, impulsado por el pico de inflación que superó este año la meta de 3% (+/- 1%).
En contraste, el banco central de EEUU (Reserva Federal), organismo que el Banco de México suele acompañar en su política monetaria, aumentó 0,75% su tasa de referencia en el mismo lapso, es decir cinco veces menos.
"Adicionalmente, la inflación ha mantenido desde julio de 2016 una tendencia al alza por 10 meses consecutivos", señala el comunicado.
Los pronósticos eran divididos entre los analistas, pero la mayoría esperaba que la tasa se mantuviera intacta por el buen desempeño del peso mexicano ante el dólar y el aumento de los precios del petróleo en las últimas semanas.
El fantasma de la indflación
El control de la inflación ha sido una de las principales metas estratégicas del Banco Central y de la política económica de los gobiernos de México en las últimas décadas.
Los niveles de inflación, incrementados sobre todo por el alza de los combustibles, cuyos precios fueron liberalizados a principios de este año —entre disturbios y saqueos inéditos—, se dispararon a un 5,8% anual.
Ese aumento es casi el doble del techo objetivo del Banco Central del 3% +/- un punto porcentual.
Además, la volatilidad en el mercado financiero ante las negociaciones comerciales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte es otro factor que ha disparado la inflación.
El Banco Central explicó, además, la "simultaneidad y magnitud de los choques temporales en precios relativos que han surgido" en las fechas recientes, sobre todo a partir del inicio del mandato del presidente de EEUU, Donald Trump, que emprendió una política comercial y migratoria hostil hacia México.
Esos factores "hacen que el principal reto que continúa enfrentando la Junta de Gobierno sea el de evitar efectos de segundo orden sobre el proceso de formación de precios, manteniendo ancladas las expectativas de inflación de mediano y largo plazo", dice el análisis financiero oficial que soporta la decisión.
El organismo autónomo del Estado mexicano señaló asimismo que vigilará "los temas que impactan a la inflación para tomar futuras decisiones".
El objetivo que no ha sido abandonado por el equipo de Carstens es "regresar a su objetivo de inflación de % (con un margen de +/- 1%)".
La expectativa de inflación para 2017 en México subió de 5,39% a 5,56%, indicó el 3 de abril de este año una encuesta sobre expectativas de especialistas en economía del sector privado levantada en marzo por el Banco de México.
Ese dato del banco central, colocó hace un mes la proyección de inflación fuera del techo pronosticado por el organismo autónomo encargado de la política monetaria, que busca un rango de 2% a 4% máximo de aumento del índice de precios al consumidor.
Ese ha sido el elemento que inclinó este jueves la balanza, lo cual afectará las metas de crecimiento de la economía mexicana, que han sido mediocres en la última década.
México crecerá un 1,4% en 2017, y 2,0% en 2018, pronosticó el Banco Mundial el 17 de abril pasado, un avance económico menor a su estimación de enero, entre otras causas por la amenaza de políticas proteccionistas que pretende EEUU, principal socio del país latinoamericano.