Pero se puede ir más allá de estos problemas y teorizar sobre las consecuencias del desarrollo de una bomba termonuclear por Corea del Norte, ofrece Paul Bracken, doctorado en ciencias políticas en la Universidad de Yale.
Un arma termonuclear es mucho más potente que una bomba atómica 'convencional', así como es mucho más difícil de producir.
De conseguir una bomba termonuclear, Corea del Norte cambiaría considerablemente la situación, opina el autor. A nivel local, sería el objeto de orgullo nacional que consolidaría la nación. A nivel internacional, forzaría a una reconsideración de todos los enfoques vigentes hacia el 'reino ermitaño', opina el profesor.
"Con una treintena de bombas atómicas y un par de bombas termonucleares, será imposible ignorar las consecuencias de cualquier escalada. (…) Nadie podrá presionar al país", asevera Bracken.
Ni siquiera puede tratarse de una respuesta a una intervención militar, tan discutida en los últimos meses, advierte el autor.
El riesgo del colapso del país debido a las sanciones o restricciones comerciales recibiría una nueva dimensión. Tampoco se podrían descartar los riesgos asociados con un posible golpe de Estado contra Kim Jong-un. Un 'simple' error en el mantenimiento o un fallo en la cadena de mando tampoco son imposibles, según Bracken.
«El mortífero radio de destrucción de una bomba termonuclear solidificaría Corea del Norte como 'el barril de pólvora' del Noreste Asiático (…) con un montón de riesgos estratégicos capaces de causar la 'erupción'», concluye el experto.
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