La colocación de la deuda se produjo el mismo día que el Gobierno estadounidense aprobara un nuevo paquete de sanciones contra Moscú por su supuesto papel en el conflicto armado interno que vive Ucrania desde 2014.
"Los inversores extranjeros, entre ellos estadounidenses, compraron un 85% de los bonos", dijo el ministro ruso de Finanzas, Antón Siluánov.
El restante 15% fue adquirido por fondos locales.
El ministro destacó el gran interés por parte de los extranjeros pese a las restricciones y las sanciones de los Gobiernos occidentales.
"La mayor demanda se registró por los bonos a 30 años, precisamente los inversores extranjeros adquirieron el 95% de estos papeles", precisó Siluánov.
El ministro puso de relieve la confianza de los inversores en la economía rusa.
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"Es una prueba de que los inversores tienen interés por los títulos rusos y están dispuestos a comprar", apostilló.