"Debemos evitar que las armas químicas se usen otra vez sea por quién sea, por Daesh (grupo terrorista Estado Islámico prohibido en Rusia) o por el régimen de Asad", declaró.
Subrayó que "hay que hacer todo lo posible para que las armas químicas no se utilicen".
"Creo firmemente que podemos resolver estos conflictos que requieren una solución y no debemos despreciar el gran potencial de las relaciones amistosas entre Occidente y Rusia, entre Alemania y Rusia", dijo el ministro alemán en la ceremonia inaugural de la XIV Conferencia de ciudades asociadas de Rusia y de Alemania.
Berlín agradece a Moscú la reducción de la violencia en Siria tras las negociaciones en Astaná, añadió Gabriel.
"Hay que decir que las consultas de Astaná nos ayudaron a abreviar (lo que se hace en) los procesos de la ONU y estamos agradecidos a los organizadores, sobre todo le agradezco a Rusia que nunca se haya podido cuestionar la continuación del proceso político (sobre Siria) bajo los auspicios de la ONU en Ginebra una vez establecidas la tregua y las zonas de distensión", dijo.
El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania instó a negociar con el presidente sirio, Bashar Asad.
Indicó que el presidente sirio ya expresó su deseo de cooperar en la investigación del uso de armas químicas.
También afirmó que considera que perseguir a Asad es "incorrecto".
A la vez recalcó que "sin duda no le consideramos una persona que debemos defender".
Los conflictos en Ucrania y Siria se pueden solucionar gracias a las relaciones amistosas entre Berlín y Moscú, declaró el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel.
"Creo firmemente que podemos resolver estos conflictos que requieren una solución y no debemos despreciar el gran potencial de las relaciones amistosas entre Occidente y Rusia, entre Alemania y Rusia", dijo el ministro alemán en la ceremonia inaugural de la XIV Conferencia de ciudades asociadas de Rusia y de Alemania.
Ucrania y Siria viven conflictos armados que desataron graves crisis humanitarias en estos países.
La oposición siria denunció el 4 de abril un supuesto ataque con armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun (provincia de Idlib), que se saldó con más de 80 muertos, según la Organización Mundial de la Salud.
Además, culpó a Damasco por la tragedia, pero las autoridades sirias refutaron la acusación alegando que todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y eliminados en 2016 bajo la supervisión de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).
El Gobierno sirio subrayó que nunca empleó sustancias tóxicas ni contra la población, ni contra la oposición o los terroristas.
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Por su parte, Rusia supuso que la tragedia de Jan Sheijun fue un resultado del bombardeo de la aviación siria a arsenales donde los terroristas de Daesh (proscrito en Rusia) guardaban armas químicas o un montaje.
El 26 de junio la Casa Blanca acusó a Damasco de preparar un ataque químico y declaró que, en caso de que se produzca, las autoridades sirias "lo pagarán caro".
El 27 de junio el ministro sirio de Reconciliación Nacional, Ali Haidar, negó rotundamente que se prepare un ataque con armas químicas y reiteró que Damasco ni las ha utilizado ni utilizará en el futuro.
La guerra en Siria, en la que el Ejército gubernamental se enfrenta a grupos armados de la oposición y organizaciones terroristas, provocó entre 300.000 y 400.000 muertos, de acuerdo a altos cargos de la ONU.