Según sus datos, el 37% de tales grupos operan en Bruselas, el 35% en Amberes y el 9% en Lieja.
El crimen organizado belga se dedica, sobre todo, al narcotráfico, estafas de todo tipo y blanqueo de dinero.
Grupos belgas figuran en el 70% de los procesos en que se investigan crímenes de carácter internacional.