Según se desprende de los datos recabados por la Comunidad de Inteligencia estadounidense, altos cargos del Gobierno emiratí debatieron el 23 de mayo un plan para realizar este ataque informático.
El 5 de junio Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes rompieron relaciones diplomáticas con Catar y suspendieron las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la pequeña monarquía del golfo Pérsico, a la que acusaron de patrocinar el terrorismo.
Al bloqueo diplomático se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras, mientras que otras naciones rebajaron el rango de relaciones diplomáticas con Catar o llamaron a consultas a sus embajadores en Doha.
El Ministerio de Exteriores de Catar afirmó más tarde que el polémico discurso era falso, obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la agencia, pero Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos dieron poco crédito a la explicación.
A finales de junio, el canciller catarí, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, declaró que las investigaciones realizadas apuntaban a la implicación de algunos países de Oriente Medio, sin mencionarlos.