La sonda Juno, que despegó de la Tierra en agosto del 2011 y voló durante cinco años, se acercó al planeta gigante en julio del 2016 y, finalmente, logró tomar una órbita estable. El aparato pasó los dos primeros meses descendiendo y realizando pruebas de sus herramientas científicas. Los primeros datos llegaron al planeta azul solo a finales de agosto.
Estaba previsto que la sonda Juno empezara su labor a mediados de octubre de 2016. Sin embargo, poco antes de que comenzaran dichas tareas, los ingenieros notaron anomalías en el funcionamiento del motor. De ahí que tomaran la determinación de posponer la misión.
Después, estos planes fueron suspendidos indefinidamente, de manera que los científicos comenzaron a observar Júpiter desde la órbita alta.
El tamaño de dicha mancha no se cifra en kilómetros, sino en diámetros de la Tierra: la estructura es ente 1,3 y 3 veces más ancha que el 'planeta azul'. Las fluctuaciones de temperatura en sus puntos fríos y cálidos superan los varios centenares de grados centígrados.
Las primeras fotos de la mancha que los miembros de la misión Juno publicaron hace dos semanas fueron tomadas por la cámara JunoCam, la cual usa filtros especiales que 'eliminan' los colores que resultan innecesarios para los análisis científicos.
Según Jonsson, esta imagen permite a cada uno de los habitantes de la Tierra imaginarse que se encuentra a una altura de 14.000 kilómetros sobre la superficie de Júpiter y sobrevolando el planeta a lomos de la sonda Juno.