Ionin calificó la integración de los grupos de satélites ruso y chino como la garantía de que "ni los estadounidenses ni sus vasallos europeos" podrán amenazar a Moscú y a Pekín con sus propios sistemas de navegación por satélite.
"[Washington] puede hacer lo que quiera con su GPS, apagarlo o lo que le venga en gana: ya no afectará a quienes usen Glonass y Beidou", destacó el experto.
El 15 de agosto se dio por finalizada la prueba conjunta de estos dos sistemas de navegación en la futura Nueva Ruta de la Seda. Los especialistas rusos y chinos analizaron unos 10.000 kilómetros de carreteras y observaron cómo respondían los sistemas de navegación y con qué precisión lo hacían.
Завершился российско-китайский эксперимент «Шёлковый путь» по оценке условий навигации систем ГЛОНАСС и БЕЙДОУ https://t.co/4DdQt68mRx pic.twitter.com/760aWZ67kt
— РОСКОСМОС (@roscosmos) 15 de agosto de 2017
"Los satélites de China se lanzan de manera sistemática porque el país todavía carece de los necesarios para controlar todo el globo. Los 30 satélites que tendrán en el espacio para 2020 serán suficientes para cumplir con sus objetivos en materia militar".
Ionin subraya que esta estrecha cooperación garantiza la independencia de Rusia y China de terceros países.
"A este grupo de satélites se le puede llamar como se quiera. Grupo de satélites ruso-chino, grupo de satélites de la OCS, de los BRICS… Lo importante es que será un grupo independiente. Por eso cuando esté operativo todos los países que quieran usarlo no tendrán razones para temer represalias por parte de los estadounidenses o de sus vasallos europeos".
Según Ionin, que se pueda mejorar la precisión de este sistema integrado —algo puesto a prueba a principios de agosto—, es de alta importancia para el futuro, ya que de ella depende el éxito del transporte no tripulado como pueden ser caravanas de camiones sin conductores, asegura el experto.
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El éxito de la integración de Glonass y Beidou garantizará a los ciudadanos rusos y chinos el acceso a la navegación por satélite durante las décadas venideras. "Por eso la importancia de este proyecto es mayúscula", concluye Ionin.