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Si de esta manera quiso hacerse respetar, entonces, fracasó. Y es que lo único que consiguió es que lo consideren un loco.
De hecho, China le trata como a un paciente violento. Hace unos días, el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, reclamó "contención" a Trump. Lo hizo durante una conversación telefónica con su par norteamericano. Por su parte, el Ministerio de Comercio chino le pidió "prudencia".
En el equipo de Trump parece que también empiezan a darse cuenta de qué tipo de persona se trata. El secretario del Estado norteamericano, Rex Tillerson, no hace otra cosa que sofocar los escándalos que no deja hacer su jefe.
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El tema de la posible locura del presidente de EEUU está cada vez más presente en la prensa mundial.
"¿Está loco Trump?". "El enigma de Trump: ¿está loco o tiene un plan?". "Donald Trump, ¿un loco fuera de control, narcisista, psicótico y con delirios?". Estos son solo algunos de los títulos de periódicos internacionales.
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Para el analista venezolano Franklin González, el comportamiento de Trump no es nada atípico.
"No hay ningún presidente de EEUU quien no haya querido dominar el mundo, quien no haya sido megalómano y que no se haya creído el centro del mundo", sostuvo el también sociólogo.
"Trump no está loco. Lo están volviendo loco los medios y las intrigas de gente como [el senador republicano] John McCain", dijo Fernando Martínez.
