Al mismo tiempo, agregó que desde la Cámara Alta mexicana "expresamos nuestra profunda preocupación por la proliferación de armas y arsenales que están en posesión de un número indeterminado de sujetos dispuestos a utilizarlas en contra de la sociedad".
La legisladora apuntó que corresponde a la sociedad estadounidense y a sus líderes "reflexionar sobre la frecuencia con la que estos hechos atentan contra los valores universales como la libertad, la diversidad y la paz".
Guerra consideró además que el recrudecimiento de la violencia "puede estar asociado a la inclusión de discursos de odio, así como a llamados de grupos extremistas, sobre todo en el marco de una segunda enmienda constitucional que se refiere al derecho de ese pueblo de poseer y portar armas".
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La legisladora opositora observó que el mercado de armas también representa un problema para México, "pues más del 80% del armamento que tienen los grupos criminales en México provienen de EEUU".
El incremento del trasiego de armas "también tiene un correlativo en el incremento de hombres y mujeres asesinados al amparo de una violencia sin fin", comentó.
Durante el debate, la senadora Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, expresó que es necesario "volver a insistir en que el Congreso norteamericano controle la venta de armas".
México "también es víctima de la industria armamentista norteamericana", puntualizó.