"Con la llegada del invierno, cualquier interrupción de servicios básicos como el suministro de agua y calefacción, con temperaturas muy bajas podría provocar consecuencias graves para millones de ucranianos", cita a Walker el servicio de prensa de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Ucrania.
El coordinador señaló que en los últimos seis días se abrió fuego contra dos estaciones de filtrado en Donbás.
Según Walker, una tensión así cerca de una infraestructura esencial podría agravar la crisis humanitaria, sin el constante suministro de agua los sistemas de calefacción suspenderían su funcionamiento, los problemas de salud se agudizarían y los civiles podrían abandonar sus hogares, convirtiéndose de esta manera en refugiados.
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Además, los coordinadores humanitarios están preocupados por una posible fuga de cloro porque si siquiera una mina alcanza un depósito con 900 kilos de gas tóxico, morirán todos los que están a 200 metros del lugar de la explosión.
El Gobierno ucraniano lleva a cabo desde abril de 2014 una operación militar en Donbás que hasta la fecha ha dejado más de 10.200 muertos, según estimaciones de la ONU, y donde sus militares combaten a las milicias del este del país que proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de Gobierno ocurrido en Kiev en febrero de 2014.