"Le dije al presidente que no volvería a casa ahora hasta que esté satisfecho con mi seguridad personal, por la forma y el trato que me dieron al ser despedido", señaló Mnangagwa en una declaración citada por el diario digital News24.
Poco después del despido, según Mnangagwa, un funcionario de seguridad "amistoso" le advirtió de que había planes para arrestarlo, llevarlo a una comisaría policial y eliminarlo".
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"Debía abandonar el país de inmediato por los intereses de mi seguridad", añadió el exvicepresidente.
La destitución de Emmerson Mnangagwa, supuestamente para colocar en la vicepresidencia a la primera dama, Grace Mugabe, detonó una crisis en la cúpula del partido gobernante y empujó a los militares a intervenir para evitar el deterioro de la situación y el estallido de un conflicto violento.
El Comité Central de ZANU-PF, durante una reunión celebrada el domingo, se decantó por expulsar también a la primera dama, Grace 'Gucci' Mugabe, hasta ahora líder del ala femenina, y a varios ministros vinculados con ella.
El plazo del ultimátum presentado por el partido a Mugabe para hacer un mutis digno venció al mediodía del lunes, sin que el mandatario presentara la renuncia.
En su discurso televisado del domingo Mugabe no mencionó la posibilidad de dejar el poder.
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Según las expectativas, veteranos de ZANU-PF intentarán promover en el Parlamento una moción de censura contra Mugabe, que gobierna desde 1980 y es a sus 93 años el presidente más longevo del mundo.
