"Con la misma certeza es que en este momento no voy a pelear espacio en estas elecciones para la presidencia de la República; quiero registrar que voy a continuar modesta y firmemente intentando contribuir de manera activa para mejorar el país", escribió Huck en un artículo en el diario Folha de São Paulo.

En las últimas semanas se especuló con su candidatura presidencial, y la prensa local informó de varias ofertas que distintos partidos le hicieron llegar para concurrir con ellos a la cita electoral.
Las alarmas saltaron en los partidos tradicionales cuando la semana pasada el Barómetro Político Estadão-Ipsos divulgó en una encuesta que la aprobación de Huck entre el electorado aumentó 17 puntos en apenas dos meses, llegando al 60%.
Lea más: Expresidente Lula ganaría elecciones en Brasil con el 35% de los votos
Por el momento las encuestas relacionadas con las elecciones de octubre de 2018 están dominadas por candidatura del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (2003-2011).
En este escenario polarizado la derecha moderada tradicional, representada por el Partido de la Social Democracia Brasileña, se encuentra dividida y no tiene todavía un claro candidato.
En un principio se especuló con el alcalde de la sureña ciudad de São Paulo, João Doria, debido a sus buenos índices de popularidad, aunque ahora sus posibilidades son menores dado que perdió mucho apoyo en los últimos meses.
Tanto Doria (un empresario) como Huck (un presentador sin experiencia en política) eran apuntados por los analistas políticos como "outsiders" que podrían dar la sorpresa en las elecciones, dada la extrema polarización que vive el país y el cansancio que los electores manifiestan hacia los políticos tradicionales.