"Esta semana hemos marcado en la agenda el 18 o el 19 la votación", afirmó al hablar en un evento de la industria petroquímica en São Paulo (sureste).
Temer salió así al cruce de los rumores de que la votación podría posponerse hasta el próximo año por falta de la necesaria mayoría de diputados, y pidió a los presentes que "salgan a la cancha" para ayudar al Gobierno a convencer a los parlamentarios indecisos.
La reforma ha generado duras críticas en la opinión pública, y muchos diputados, incluso de partidos aliados, se niegan a apoyarla, lo que ha provocado que su votación se haya postergado durante meses.
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La reforma prevé establecer por primera vez una edad mínima de jubilación (65 años para los hombres y 62 para las mujeres), además de elevar los años de cotización necesarios para cobrar la pensión completa.
La Central Única de los Trabajadores (CUT) amenazó esta semana con convocar una huelga general y paralizar el país si el Gobierno insistía en llevar el actual texto a votación en el Congreso Nacional.
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La reforma del sistema de pensiones es la principal iniciativa económica pendiente del Ejecutivo de Temer, que ya consiguió aprobar una polémica reforma laboral y una enmienda constitucional que congela el gasto público en los próximos 20 años.