Goldstein apuntó que existen "al menos tres razones", que hacen parecer que Rusia, de hecho, ha reemplazado a China como mediador principal del conflicto coreano.
Además, para Goldstein, el "modelo sirio", donde "el Kremlin respalda a sus socios pese a todas las amenazas y críticas de Occidente, parece haber caído bien en Pyongyang".
"Por lo tanto, ya es hora de que los responsables de la toma de decisiones estadounidenses conozcan a los mejores expertos rusos acerca de Corea del Norte, ya que pueden ser ellos algunas de las únicas personas capaces de llegar a un acuerdo y (literalmente) salvar al planeta de una catástrofe", subrayó Goldstein.
De acuerdo con el columnista de NI, uno de esos expertos rusos es Gueorgui Toloraya del Instituto de Economía de la Academia de Ciencias de Rusia, quien vivió más de una década de su vida en Pyongyang y quien a menudo escribe artículos analíticos acerca de la situación coreana.
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"Tolaraya podría tener el futuro del mundo sobre sus hombros. Es probable que sea una de las pocas personas en el planeta con excelentes contactos tanto en Pyongyang como en Washington DC, sin mencionar las décadas de experiencia trabajando en este delicado tema", destacó Goldstein.
El columnista consideró que Washington necesita aceptar que su esfuerzo continuo para despojarse de las relaciones ruso-estadounidenses podría tener "efectos extremadamente nocivos", al evitar que habilitados especialistas rusos actúen como emisarios cruciales y se conviertan en intermediarios para aliviar la crisis coreana.
El autor consideró que un "significativo empujón diplomático ruso" encabezado por el propio presidente de Rusia, Vladímir Putin, y apoyado por sus genuinamente capaces expertos sobre Corea del Norte, podría "matar dos pájaros de un tiro" y aliviar las tensiones simultáneamente en Asia, pero también en Europa.
"No olvidemos que Putin se reunió directamente con el padre de Kim Jong-un hace muchos años en Vladivostok, por lo que hay un precedente. Tal golpe maestro diplomático tiene el potencial de incluso revertir la espiral negativa tan evidente ahora también en las relaciones ruso-estadounidenses", concluyó Goldstein.
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