De acuerdo con los resultados del análisis genético —publicados en la revista especializada Nature—, el ADN de la pequeña, bautizada como Xach'itee'aanenh t'eede gaay —la niña del amanecer, en español—, los primeros habitantes llegaron al continente desde Siberia, a través del llamado puente de Beringia —una unión terrestre que conectaba el extremo oriental de Siberia con el oeste de Alaska— hace entre 15.000 y 25.000 años.
"La niña está estrechamente relacionada con los nativos americanos de la actualidad", afirman los científicos.
"Estos son los restos humanos más antiguos que se han encontrado en Alaska, pero lo que es particularmente interesante es que este individuo pertenecía a una población de humanos que nunca habíamos visto antes", explicó Eske Willerslev, de la Universidad de Copenhague.
La investigación sugiere además que algunos grupos de pobladores se separaron del grupo 'siberiano' y viajaron al sur del continente, mientras que los 'beringuianos' permanecieron en Alaska.
"Los resultados del estudio ofrecen la primera prueba genómica directa de que todos los antepasados de los nativos americanos pueden vincularse a un mismo grupo de población fruto de una sola migración en el Pleistoceno tardío", concluyeron los autores del estudio.
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