"Las relaciones bilaterales están en un punto muerto, los contactos entre oficiales bloqueados… esto no ayuda nada en estos tiempos turbulentos", señaló lord Waverley abriendo el debate.
Propuso con este fin actuar en cuatro amplios marcos que puedan facilitar el deshielo imperante en las relaciones en la última década.
Desde su escaño independiente y con una larga asociación con las repúblicas ex soviéticas de Asia central, lord Waverley abogó por la "interacción" entre el Parlamento de Westminster y la Duma de Moscú.
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Pidió la apertura de un diálogo sostenido "Gobierno a Gobierno" y defendió el establecimiento de lazos con la Iglesia Ortodoxa o en lo referente al Ártico.
Y se refirió al llamado "poder suave" —desde investigación científica a cultura, deporte o educación- como una ruta abierta al entendimiento entre ambas naciones.
El vizconde expresó su frustración por el "excesivo" comentario del ministro de Defensa, Kevin Williamson, sobre la supuesta disposición de Rusia a "matar a miles, miles y miles" de británicos destruyendo la infraestructura energética de Reino Unido.
"La diplomacia, un ambiente de relaciones cordiales, es una ruta mejor", advirtió en la Cámara Alta.
El hereditario lord recordó la ayuda que la Unión Soviética prestó a los aliados europeos durante la II Guerra Mundial.