Los productos cada vez duran menos tiempo, y las personas prefieren comprar un modelo nuevo, antes que reparar el viejo. El mercado se rige por una cultura desechable, y los consumidores tienden a ser poco conscientes de cómo su accionar repercute en la acumulación de basura tecnológica.
El Club lleva adelante encuentros comunitarios que convocan a colectivos y voluntarios de todas las edades y ocupaciones a intercambiar saberes y herramientas con el fin de alargar la vida útil de los objetos. El espíritu es que la gente se apropie de estos saberes, y lo siga aplicando en sus hogares. Melina Scioli, una de sus cofundadoras, explicó a Sputnik que el Club funciona bajo la máxima de que reparar es mejor que reciclar.
"Encontramos que la reparación resuelve la generación de residuos, y además trabaja sobre otras dimensiones, como la sustentabilidad en general".
En Argentina el colectivo ha organizado más 30 eventos en Buenos Aires, Río Negro y Córdoba. Pero también inspiró a que se realizara en Uruguay.
"La agrupación de acá se ha ido consolidando. Son grupos en los que han ido apareciendo nuevos reparadores, y nuevos ánimos (…) Este año para nosotros también va a ser un desafío poder ir a otros barrios, e ir al interior del país", indicó Ariceta.