"Por una parte, resulta evidente que sin nosotros no es posible resolver ningún problema global, y los estadounidenses lo comprenden, mientras, por otra parte, se hace todo lo posible para obstaculizar las relaciones entre Rusia y EEUU, para dificultar tanto nuestra labor aquí como la solución de esos problemas que afectan a los propios estadounidenses", denunció el embajador.
"Nos corresponde una época muy difícil, hay que vivir en el contexto que existe hoy, no tenemos ninguna seguridad ahora de que las relaciones no puedan empeorar todavía más", dijo Antónov.
Para el diplomático, el problema principal consiste en que los interlocutores estadounidenses son completamente impredecibles y "no se sabe qué sucederá mañana", ni cómo se comportarán los representantes de ese país.
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Uno de los hechos que más afecta las relaciones entre Moscú y Washington, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, es la obsesión infundada de EEUU de que Rusia supuestamente influyó en el proceso electoral estadounidense.
El documento fue elaborado acorde a la ley CAATSA (Ley para Contrarrestar a los Adversarios de Estados Unidos a través de Sanciones), que el presidente Donald Trump firmó a principios de agosto y que prevé amplias sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte.
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En la lista figuran cargos clave del gobierno, el parlamento y el gabinete presidencial de Rusia, así como empresarios cuya fortuna excede los mil millones de dólares.
"Probablemente, estas uniones son muy cómodas pero carecen de perspectivas", dijo en una entrevista al canal Rossiya 24.
Agregó que "es preocupante que últimamente EEUU recurra cada vez más a ciertas configuraciones, reuniones de Estados, que no incluyen a Rusia".
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Como ejemplo de este tipo de formatos, el embajador ruso mencionó un encuentro en Vancouver en el cual EEUU y sus aliados trataron promover una presión adicional sobre Corea del Norte, así como una reunión en la capital francesa donde se examinó el problema del uso de armamento químico en Siria.
"Nos invitan solo cuando nos necesitan, y si expresamos una opinión distinta a la de EEUU, enseguida resulta posible celebrar cualquier evento sin nuestra participación e intentar resolver este problema sin nosotros, no resultará nada bueno de esto", afirmó Antónov.
El 12 de enero, representantes de cinco países —Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Arabia Saudí y Jordania— se reunieron en Washington para debatir el cumplimiento de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria.
Además, a mediados de enero, Canadá y EEUU organizaron una reunión en Vancouver sobre Corea del Norte, con la participación de ministros de Exteriores de una veintena de países, entre ellos los que habían enviado tropas para luchar del lado del Sur durante la Guerra de Corea (1950-1953).
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El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió a finales de enero que las reuniones sobre Siria en Washington y París podrían entorpecer el proceso de Ginebra patrocinado por la ONU y destacó que es más fácil forjar un acuerdo entre amigos que negociarlo con todas las partes.