"Pedimos que no se vincule lo que son unas negociaciones políticas a una amenaza muy fuerte absolutamente injustificada que tiene en el punto de mira a uno de los valores sagrados de la convivencia en Catalunya", dijo en declaraciones a la prensa Eduard Pujol, portavoz adjunto de la coalición Junts Per Catalunya (JxCAT).
Actualmente, en Cataluña la lengua vehicular en la educación primaria y secundaria es el catalán, tal como fijó en 2009 una ley autonómica.
Tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución para intervenir las instituciones catalanas en respuesta al proceso independentista, la responsabilidad de la gestión de las competencias educativas de Cataluña recae sobre el ministro español de Educación, Íñigo Méndez de Vigo.
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El ministro español afirmó que, aprovechando esa circunstancia, actualmente se encuentra "estudiando la fórmula" para que facilitar que los alumnos puedan matricularse en las escuelas catalanas con el castellano como lengua vehicular en el próximo curso.
Sin embargo, este 16 de febrero Eduard Pujol hizo un llamamiento a desarrollar las negociaciones "al ritmo que toca" sin tener en cuenta lo que haga Madrid, que niega que este movimiento sea una estrategia para añadir presión sobre la formación de Gobierno.
Bernat Solé, diputado del partido independentista Esquerra Repulicana, afirmó este 16 de febrero que el soberanismo trabaja para "tener un Gobierno efectivo lo antes posible" y evitar los cambios pretendidos desde el Gobierno central, pero todo ello sin caer en "presiones" de terceros.
La propuesta del Gobierno español sobre el modelo lingüístico en las escuelas desató un aluvión de críticas tanto en Cataluña como a nivel nacional.
Además, la mayoría de los partidos políticos critican que el Gobierno central use el artículo 155 para estas cuestiones, ya que al principio la intervención se anunció como una herramienta quirúrgica para detener en el proceso independentista sin vulnerar el autogobierno catalán.
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La formación liberal Ciudadanos, que habitualmente despliega un discurso especialmente duro contra el independentismo catalán, es el único partido de la oposición que apoya un cambio de modelo.