"La tarde del 17 de agosto, Barcelona vivió el atentado más sangriento de su historia reciente", escribe la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, en su muro de Facebook al describir cómo los ataques dejaron a todos los barceloneses "con el alma y el corazón helados".
Agrega que "el recuerdo siempre presente de las víctimas, las ofrendas ciudadanas en la Rambla, las muestras de solidaridad que llegaban de todo el mundo, perdurarán para siempre en nuestra memoria".
Colau considera "ejemplar" la respuesta tanto de la ciudadanía como de los cuerpos y fuerzas de seguridad.
"En Barcelona no se produjo la recreación de grandes narrativas del bien contra el mal, no se redujeron los derechos y libertades civiles, ni se utilizó el atentado para estigmatizar la diversidad", asegura.
"Somos conscientes de que las causas que hay detrás del terrorismo escapan de nuestras competencias y capacidad de acción, pero tenemos la responsabilidad colectiva de prevenir, proteger y curar", explica.
La alcaldesa también anuncia que el consistorio ha decidido personarse en la causa judicial contra los autores de los atentados entre otras iniciativas que enumera.
Lea también: Barcelona se reivindica como "una ciudad abierta y diversa"
El 17 de agosto de 2017 una furgoneta conducida por un terrorista perteneciente a una célula yihadista arrolló a decenas de personas en La Rambla de Barcelona.
En los ataques en Barcelona y Cambrils fallecieron un total de 16 personas, sin incluir los ocho autores de los atentados, y hubo 131 heridos.
Los atentados fueron reivindicados por Daesh, acrónimo de la organización yihadista Estado Islámico, proscrita en Rusia y otros países.