Según el mandatario, "en las políticas de la Rusia de hoy no hay lugar para el juego limpio. Esta es la razón por la que la bandera de Rusia no ondea en los JJOO".
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Poroshenko instó a los líderes de los países participantes a que no aceptaran los resultados de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 18 de marzo.
"No obstante, no es Ucrania el blanco principal de Rusia. Tiene otro objetivo. Desea satisfacer las ambiciones del Kremlin y vengarse de la catástrofe más grande del siglo XX: la disolución de la URSS, la disolución del 'mundo ruso'", sostuvo Poroshenko.
El presidente ucraniano destacó que Europa es "un continente de paz, estabilidad y cooperación", y que estos valores son "la mejor arma contra la amenaza rusa".
"La bandera rusa no debe ondear en ningún lugar del mundo mientras Rusia continúe instigando una guerra híbrida mundial", concluyó.
Además, instó a boicotear el proyecto del gasoducto ruso Nord Stream 2, al que calificó de "expansión política y energética de Rusia".
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Esta retórica de Poroshenko forma parte de las múltiples acusaciones que Kiev ha lanzado contra Moscú por la supuesta injerencia en sus asuntos internos. Sin embargo, todas han sido rechazadas por el Gobierno ruso. Moscú en repetidas ocasiones ha declarado que no forma parte del conflicto ucraniano y que está interesada en que Kiev resuelva la crisis política y económica.