"Carecemos de información sobre una posible limitación al derecho de Rusia a celebrar competiciones internacionales", dijo Peskov.
El funcionario agregó que la información sobre este respecto es "muy contradictoria".
La WADA suspendió a la Rusada en noviembre de 2015 por un supuesto programa de dopaje a nivel estatal.
Las autoridades rusas abrieron un expediente penal contra el director de entonces del laboratorio antidopaje moscovita Grigori Ródchenkov, quien actualmente se oculta en Estados Unidos.
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La justicia rusa investiga a Ródchenkov porque sospecha que pudo destruir muestras de los deportistas.
Los investigadores establecieron que tanto Rodchenkov como Sobolevski llamaban insistentemente a Marina Dikunets, la directora de entonces del Centro Antidopaje, para pedirle en nombre del abogado canadiense McLaren y la WADA la entrega de datos sobre los resultados de las pruebas antidopaje a cambio de una recompensa.
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El abogado canadiense publicó en 2016, a menos de 20 días de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, un informe en el que involucraba al Estado ruso en un presunto programa de dopaje, una acusación que terminó con la suspensión de varios atletas del mayor evento deportivo y de toda la selección paralímpica.
Desde el Ministerio ruso de Exteriores subrayaron que el informe McLaren y la suspensión de los atletas rusos causaron daño al movimiento olímpico y al deporte en general.
El propio McLaren a principios de septiembre de 2017 se retractó de sus imputaciones al Estado ruso después de que la Comisión Pública Independiente Antidopaje de Rusia (IPADC) se negara a aceptar incondicionalmente los resultados de su controvertida investigación.
Establecida en 2016, la IPADC se encarga de elaborar un plan nacional de medidas antidopaje y controlar su implementación.