"Son infundadas las críticas de algunos países occidentales que acusan al Ejército sirio de supuestos ataques indiscriminados en Guta Oriental", dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.
"Esas acusaciones irresponsables solo alientan a los que se encuentran en la misma trinchera que los terroristas", subrayó la diplomática.
Esas afirmaciones infundadas, insistió, "no contribuyen a detener pronto el derramamiento de sangre y aliviar los sufrimientos de los civiles que siguen atrapados en el enclave".
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Los grupos terroristas y las facciones armadas de la oposición que operan en Guta Oriental continúan reteniendo a los civiles utilizándolos como escudo humano y amenazan con ejecutarlos si tratan de abandonar la zona.
Agregó que las acciones del Ejército sirio en el arrabal damasceno de Guta Oriental no entran en contradicción con la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
"Rusia no estima que esta operación antiterrorista entre en contradicción con los puntos de la recientemente aprobada resolución 2401 del Consejo de Seguridad y apoya la lucha contra los terroristas en Guta Oriental con acciones de su Fuerza Aeroespacial", señaló la diplomática rusa.
Zajárova señaló que "el Ejército sirio inició una amplia operación en esta zona en respuesta a los ataques diarios contra los barrios centrales de Damasco con el fin de poner fin a la amenaza a la seguridad de la población civil".
El suburbio damasceno de Guta Oriental es uno de los últimos bastiones de los grupos terroristas Yeish al Islam, Ahrar al Sham y Frente al Nusra (todos prohibidos en Rusia), entre otros, que lanzan ataques esporádicos contra la periferia y el centro de la capital siria.
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Desde mediados de 2017 en Guta Oriental funciona una zona de distensión, sin embargo en las últimas semanas se produjo una drástica escalada de violencia.
Más tarde, Rusia anunció por orden del presidente Vladímir Putin una tregua diaria de cinco horas desde el 27 de febrero y la creación de un corredor humanitario para que la población abandone Guta Oriental.
Pese a esas iniciativas, los grupos armados continúan reteniendo a los habitantes de la zona y amenazando con ejecutarlos si intentan cruzar el corredor humanitario.