"La ODIHR no reaccionó de ninguna manera a esa situación, aunque le enviamos muchísimas peticiones diciendo que es su deber controlar cómo transcurre la campaña electoral, incluido en el territorio de los países extranjeros", dijo Lukashévich a la televisión Rossiya 24.
"Es un acto vergonzoso y por supuesto, se debe responder a ello, tratamos de inclinar a la comunidad de la OSCE a una respuesta adecuada", agregó.
Lukashévich subrayó que estas acciones de Kiev solo mostraron otra vez su agresión y su inhabilidad de cooperar.
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Según sus datos, gracias a la votación preliminar, 300 de los 72.000 electores rusos en Ucrania pudieron votar.
El día de las elecciones la policía ucraniana no dejó entrar a los rusos en las legaciones diplomáticas nacionales ubicadas en Kiev, Odesa, Járkov y Leópolis para votar en las presidenciales.
El Ministerio del Interior ucraniano justificó sus acciones como un medio de protesta por la votación en Crimea y Sebastopol.
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A su vez, la Cancillería rusa calificó las acciones del Gobierno ucraniano de descaradas e ilegales y señaló que contradicen la Convención para los Derechos Humanos.
