"Rusia nunca agachará la cabeza y nunca acabará formando parte de una comunidad de valores occidentales. Rusia se ve a sí misma como una superpotencia euroasiática independiente que representa sus intereses a nivel mundial. Eso es independiente de Putin. Puede llegar al poder alguien nuevo, pero continuará con la misma línea", ha explicado Perovic, investigador en la Universidad de Zúrich.
"Se le atribuye gran parte del apoyo ciudadano y nuevamente estará en el poder durante otros seis años. Por eso puede permitirse acercarse hacia Occidente", explica Perovic.
Para el historiador y director del Centro de Estudios de Europa del Este de Zúrich, eso se debe a que Rusia está mucho más involucrada en la economía mundial que la Unión Soviética.
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Perovic señala que en Estados Unidos existe hoy una "actitud de histeria antirrusa" y que no cabe esperar que la relación con Washington se destense. Apuesta, eso sí, por reformular la arquitectura de seguridad entre Europa y Rusia para adoptar una que tenga más en cuenta la cooperación con Moscú.