Lo que marcó un antes y un después fue un comunicado firmado por las dos naciones, en el cual se comprometen a "iniciar un proceso de normalización de sus relaciones diplomáticas en beneficio de sus ciudadanos, que están unidos por estrechos vínculos que deben preservarse".
Entre otras cosas, se lee en el documento que España y Venezuela convinieron "el regreso en los próximos días de sus embajadores, con el fin de restituir los canales de diálogo diplomático entre los dos Gobiernos, en el marco del respeto mutuo y del Derecho Internacional".
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Nuestro interlocutor constató que desde entonces el gobernante Partido Popular, al cual pertenecía Aznar y el cual es encabezado actualmente por Mariano Rajoy, no dejó de injerir en asuntos venezolanos, siendo hoy la formación política y su líder "unos activos dinamizadores e impulsores de sanciones y de una gran hostilidad política contra el Gobierno del presidente Maduro".
"Hay un conflicto latente que no tiene ninguna solución", sostuvo José Antonio Egido, al indicar que si los dos países quieren algunos cambios positivos, entonces, deberían, al menos, ser "cautelosos" a la hora de emitir juicios o adoptar medidas que tienen que ver con la otra parte.
El politólogo venezolano Óscar Bravo, a su vez, dijo a Radio Sputnik que solo es posible normalizar "las relaciones" con España cuando Madrid deje de "atacar" e "injerir" en sus asuntos.