"Desde una perspectiva histórica de alcance, el proyecto político de una República vasca es más fuerte que nunca", afirmaron dirigentes de la organización terrorista que, bajo anonimato, concedieron una entrevista al diario Gara.
ETA (acrónimo de "Euskadi Ta Askatasuna", que en español significa "Patria vasca y Libertad") se formó en 1959 —durante la dictadura del general Francisco Franco— con el objetivo de conseguir la independencia de Euskal Herria.
La organización, autodefinida como un "movimiento revolucionario vasco de Liberación Nacional", asesinó a un total de 853 personas durante sus años de actividad armada hasta 2011, según datos del Gobierno español.
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En su entrevista con Gara, los integrantes de ETA admitieron su fracaso a la hora de conseguir objetivos previstos por la organización, como el reconocimiento nacional o el derecho de autodeterminación, aunque destacaron que ambos están más cerca que hace seis décadas.
"En este momento, la distancia respecto al proyecto de España es mayor que nunca y quienes defienden ese proyecto tienen menos respaldo que nunca", añadieron.
Los portavoces de ETA mantienen que la decisión de su disolución fue tomada en consecuencia con los diferentes procesos políticos asumidos por la izquierda independentista en los últimos años y bajo la intención de "construir un movimiento y un proceso independentista fuerte".
"Creemos que en Euskal Herria hay fuerza, valentía e inteligencia suficiente para conseguir otra realidad política y social. Y por eso hemos hecho lo que hemos hecho, hemos decidido disolver la organización", mantienen.
Según explican, en el proceso de toma de decisión previo a la disolución participaron entre 2.500 y 3.000 personas, aunque "en el meollo del debate solo tomaron parte y votaron los militantes".
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A lo largo de la entrevista, los integrantes de ETA mantienen la polémica categorización de víctimas reflejada en los últimos comunicados de la organización, distinguiendo entre aquellas que estaban "en el centro del conflicto" y aquellas que no, sobre las que sí llegaron a pedir disculpas.
Además, recuerdan que, por ejemplo, tampoco España tampoco reconoce de igual manera a las víctimas provocadas por ETA y a las personas que murieron "en la guerra sucia" del Estado.
Los miembros de ETA concluyen que "no es su intención rebajar el daño ni despreciar a nadie", aunque subrayan que su categorización de víctimas pretende "describir algunas realidades" sin "intención perversa".