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Israel a Shinzo Abe: sonríe, te estamos humillando

Israel a Shinzo Abe: sonríe, te estamos humillando
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La visita del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, a su homólogo de Israel, Benjamín Netanyahu, fue coronada con un almuerzo, el protocolar para más señas, cuyo postre fue servido en zapatos que hacían las veces de platos. Una acción que escandalizó, tanto a los políticos japoneses como a los propios anfitriones. Pero no hubo disculpas.

Y es que en la cultura japonesa, los zapatos están considerados como algo muy ofensivo. Sucio. Una de las razones por la que los japoneses se quitan los zapatos antes de entrar a sus casas, es dejar en la entrada el polvo, el lodo, las basuras, los restos de excrementos de los perros. Algo que también está englobado en su significado Zen: impureza y suciedad.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, durante la visita de su homólogo japonés, Shinzo Abe, en Jerusalén - Sputnik Mundo
La visita del primer ministro de Japón a Israel termina con un escándalo
Más vale pedir permiso, que pedir perdón, dice un viejo adagio. Pero Moshe Segev, el chef y jefe privado de cocina del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, no pidió permiso, pero tampoco pidió perdón. Tampoco entonó el mea culpa el primer ministro israelí, ni nadie en su Gobierno lo hizo en su nombre.

En Israel la humillación es un plato frío que se sirve en un zapato de metal, perfectamente colocado sobre la mesa. Así interpretó el hecho el mundo de la diplomacia – y el que está por fuera de él también –, escandalizados por la humillación que un chef israelí se dio el lujo de propinar a un primer ministro, en este caso de un socio importante: Japón.

Más allá de la actitud del chef y del poco o nulo conocimiento acerca de la cultura japonesa que pudiera tener, el presidente del Observatorio Hispano-Ruso de Eurasia, Fernando Moragón, explica que el cuidado de esos detalles es responsabilidad de los diplomáticos "que tienen que supervisar lo que el chef va a poner en la comida y saber cómo lo va a servir para decirle 'oiga, no, esto es un insulto, esto es como si le da de comer cerdo a un musulmán".

"Esto es un fallo garrafal diplomático de la diplomacia israelí, más allá de que al chef le haya dado la locura. (…) Esto tiene que estar controlado al milímetro", observa el analista.

Perfecta y cuidadosamente fue publicada la foto que subió a la red social Instagram el artífice de la afrenta. Sólo faltó que en el post, escribiera una interpretación libre de esa frase que se puede encontrar en cartelitos en muchas tiendas o diferentes instituciones de habla hispana, que reza: 'Sonríe, te estamos filmando'. Aquí, con un toque de reajuste a la situación, sería algo así como: 'Sonríe, te estamos humillando'. Porque la reacción de Abe fue sonreír ante instantánea que registró la humillación.

 

 

 

Lejos de pedir una disculpa, ya  no perdón, la secretaría del primer ministro hebreo se lavó las manos como Poncio Pilato: evitó pedir disculpas y subrayó que no fueron ellos quienes escogieron los platos, "Se trata de una iniciativa artística del cocinero", zanjaron, sin más. Pero no pudieron evitar el tsunami que se les vino encima.

Un diplomático israelí de alto rango que anteriormente prestó servicios en Japón, en cambio, no estuvo de acuerdo con esta estrategia de evadir responsabilidades del Gobierno de Israel. En declaraciones al periódico Yediot Aharonot, manifestó: "No hay nada más despreciado en la cultura japonesa que los zapatos. Los japoneses no solo no entran en sus casas en zapatos, sino que tampoco los verás en sus oficinas. Incluso el primer ministro, los ministros y los miembros del parlamento, se descalzan para trabajar (…) Esto es equivalente a servir chocolates a invitados judíos en un plato en forma de cerdo. (…) Fue una decisión estúpida y sin tacto".

Pero la diplomacia israelí, da una de cal y una de arena. Así, el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, decidió ponerle el nombre del actual presidente de EEUU, Donald Trump, a la plaza que se encuentra junto al recinto de la futura embajada estadounidense en esa ciudad, según informó el ayuntamiento en un comunicado oficial.

En este sentido, Moragón interpreta que "ahora mismo la diplomacia israelí está muy desnortada, y quizá esto provoque estos errores imperdonables con el chef y el zapato. Y es que (Israel) se encuentra en una situación en la que prácticamente no tiene aliados en la región, salvo Arabia Saudí, en una situación de cada vez mayor presión".

"Yo creo que (Israel) no tiene una respuesta clara al hecho de que en las elecciones en El Líbano hay una mayoría de Hezbolá con sus aliados cristianos; a Siria lo tiene perdido y está haciendo bombardeos un poco a la desesperada; Irán cada vez es más fuerte; el Gobierno de Irak está aliado con Irán y ha neutralizado la independencia del Kurdistán iraquí. Entonces yo creo que, tanto la política de Israel, como la de EEUU, ahora mismo está completamente perdida, desnortada, improvisada. Israel está muy nervioso", concluye Fernando Moragón.

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