Omelian escribió que el objetivo de los bárbaros es destruir "todo lo que no son capaces de doblegar ni entender". El ministro ucraniano reprochó a algunos políticos occidentales que sigan manteniendo buenas relaciones con Rusia y, tras confundir algunas referencias históricas, alertó a estos sobre "la llegada de una horda moscovita".
"Es imposible cambiar o reeducar a Moscú: solo [es posible] reducirla a cenizas", aseveró Omelian.
No es la primera vez que los políticos ucranianos hacen declaraciones polémicas que contienen llamamientos a causarle daño a Rusia de un modo u otro. El diputado de la Rada Suprema —Parlamento unicameral de Ucrania— Ígor Mosiichuk amenazó en su momento con destruir el puente de Crimea. A su vez, el viceministro ucraniano para los Territorios Temporalmente Ocupados y los Desplazados Internos de Ucrania, Gueorgui Tuka, confesó que apoyaba al parlamentario ucraniano en este tema "a nivel emocional".
Las relaciones entre Ucrania y Rusia se resquebrajaron cuando Crimea pasó a formar parte de Rusia en marzo de 2014. Lo hizo a raíz de un referéndum en el que el 96,77% de la población votó a favor de la reunificación. Después de esta reunificación se empezó a construir el puente de Crimea, que debía unir la península con la parte continental de Rusia.
Aparte de eso, las provincias de Donetsk y Lugansk se autoproclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de Gobierno que se produjo en Kiev en febrero de 2014.
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