Es el antepasado más antiguo de los escamosos, una categoría de reptiles que incluye serpientes, lagartos y espeluznantes gusanos sin patas llamados amphisbaenios, que constituyen el mayor grupo de vertebrados terrestres vivos en la tierra.
"Es más tiempo que entre nosotros y los dinosaurios, y no teníamos idea de lo que estaba pasando", le dijo al Washington Post Tiago Simoes, paleontólogo de la Universidad de Alberta (Canadá). Este descubrimiento podría ayudar a llenar ese vacío.
El lagarto, de ocho centímetros de largo, vivió durante el período Triásico medio, hace 240 millones de años. En aquel entonces, las flores aún no se habían desarrollado, y toda la tierra del mundo estaba agrupada en un supercontinente llamado Pangea.
Inicialmente, un cazador de fósiles aficionado descubrió partes del esqueleto en las montañas del norte de Italia, y los científicos lo describieron por primera vez en el 2003. Ahora, las tomografías micro de alta resolución han permitido investigar mejor los orígenes del fósil, identificando características que son exclusivas de los lagartos.
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Han encontrado algunos rasgos antiguos que los escuamatos modernos han perdido, como unos huesos del vientre llamados gastralia, que también se encuentran en muchos dinosaurios.
El coautor del estudio, Michael Caldwell, calificó el fósil como "una piedra virtual de Rosetta en términos de la información que nos brinda sobre la evolución de las serpientes y lagartos". La piedra de Rosetta es un fragmento de una antigua estela egipcia que ayudó enormemente al estudio de la cultura y la escritura jeroglífica.