"Cuatro agentes carcelarios fueron tomados como rehenes y uno de ellos tiene una herida en la cabeza", explicó el presidente del Sindarspen, Ricardo Carvalho, en declaraciones al portal de noticias G1.
Según la Policía, en la cárcel hay 600 reclusos y 172 de ellos se unieron al motín, que tiene como objetivo la transferencia de algunos presos que están en cárceles del interior del estado a la Casa de Custodia.
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Los motines, peleas y fugas son habituales en el sistema penitenciario de Brasil, marcado por la falta de seguridad y de condiciones mínimas de salubridad, así como por la situación de superpoblación y hacinamiento de la mayoría de los establecimientos.