La primera víctima del rescate que mantiene en vilo al mundo entero es el suboficial de primera clase Samarn Kunan, de 38 años, que perdió el conocimiento mientras buceaba de regreso a la tercera cámara de la cueva tras haber llevado bombonas de oxígeno para los atrapados, según el diario digital Khao Sod.
"Nunca hemos experimentado esto, pero es una misión que tenemos que hacer", dijo el comandante del grupo de operaciones especiales de la Marina tailandesa, contralmirante Apakorn Yookongkaew, citado por el periódico.
Por primera vez, las autoridades reconocieron el 6 de julio que los niños se están quedando sin oxígeno.
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Los buzos de la Marina tailandesa tardan unas seis horas en recorrer los pasadizos inundados hasta llegar a la gruta en la que permanecen doce niños y su entrenador, y otras cinco horas en regresar, reveló la víspera el gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Osotthanakorn.
Tras casi diez días de búsqueda, los menores, de 11 a 16 años, y su monitor, de 25, fueron hallados vivos, pero exhaustos.
El complejo de cuevas de piedra caliza Tham Luang, situado en el norte de Tailandia, se extiende a varios kilómetros y suele inundarse durante la temporada de lluvias que se prolonga de junio a octubre.