"Si hablamos respecto al aluminio y acero, [la guerra comercial] puede provocar una serie de cierres de mercados y la afluencia de mercancías que no encuentran sus compradores en los mercados tradicionales, hacia otros mercados; es una amenaza cuando la afluencia masiva e inesperada causa una caída de precios y daña a los productores nacionales", dice viceministro.
"Los beneficios pueden ser a corto plazo pero en términos de la estabilidad del comercio mundial no hay ventaja alguna, al contrario, se trata de una inercia peligrosa de guerras proteccionistas y competencia desleal que no terminan en algo bueno", afirmó.
Es mejor cuando el sistema de comercio mundial está equilibrado y se rige por la competencia leal, concluyó el viceministro, que antes se desempeñó como representante comercial de Rusia en China.
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El pasado 15 de junio, Washington anunció que impondría aranceles del 25% a productos chinos, lo que equivaldría a unos 50.000 millones de dólares.
El 6 de julio pasado Estados Unidos introdujo los primeros aranceles del 25% sobre bienes importados de China, por un total de 34.000 millones de dólares.
Los otros 16.000 millones se gravarán en las próximas dos semanas, según informó el 5 de julio el presidente de EEUU, Donald Trump.
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Pekín también impuso aranceles a artículos estadounidenses por valor de 34.000 millones de dólares, e informó que dará a conocer más tarde la fecha para el resto de los aranceles.
