El año pasado al debutar en las cumbres OTAN, Trump había reclamado que 23 de sus 28 miembros aportan menos recursos que los necesarios. Y previo a este nuevo encuentro dijo que la alianza atlántica es "tan mala como el TLCAN", dando a entender que estudia anularla al igual que el tratado de libre comercio firmado con Canadá y México.
"Se ha impuesto la realidad a la geopolítica, queda en evidencia que las cosas no son siempre palpables como se ponen en el papel", expresó Domínguez, colaboradora del portal especializado Artículo 30.
La experta refiere de esta forma a que más allá de los acuerdos y declaraciones formales, el divorcio paulatino en algunos temas que históricamente eran intocables entre EEUU y Europa se han vuelto corriente. Y también al hecho de que en pleno proceso Brexit, Reino Unido emerja como una factor de unidad continental.
"Reino Unido no es un país cualquiera, y si miramos para atrás los acuerdos de tú a tú con Francia son prácticamente de toda la vida (…) además son los únicos países de Europa que forman parte del Consejo de Seguridad de la ONU y tienen capacidad nuclear, muy poca en comparación con EEUU pero la tienen", explica Domínguez los factores que están influyendo.
Y agrega que "no hay que olvidar que el ejército de Reino Unido es uno de los más fuertes y poderosos en seguridad en Europa, y el gasto militar es de los pocos europeos que supera el 2% del PIB". Por otro lado, ambas potencias representan 40% de todas las inversiones en defensa en el continente.
"Es un país muy importante para dejarlo a un lado. Tanto que con el Brexit la UE dijo: ‘Tu te vas pero voy a hacer un acuerdo contigo en defensa, una suerte de acuerdo bilateral‘".
La IIE había sido mencionada por primera vez por Emmanuel Macron, su principal impulsor, en septiembre de 2017. Nueve meses después el proyecto ve la luz y consolida el objetivo francés "de ser quien lidere el tema de la defensa en la Unión Europea, así como Alemania es la que lidera económicamente".
Finalmente, la experta considera que si bien la OTAN seguirá cambiando "siempre va a estar ahí" incluso a pesar de Trump, que "sabe muy bien que Europa es un socio estratégico para EEUU".