Las medidas afectan a los considerados drones pequeños – de peso inferior a 20 kilógramos- que no podrán navegar por encima de los 400 pies de altura (casi 122 metros) a partir de ahora.
Las restricciones adicionales intentan prevenir incidentes y accidentes en el crecientemente concurrido espacio aéreo.
En 2017 se registraron 92 incidencias de drones volando en "cercana proximidad" a aviones pilotados, frente a 71 denunciadas en 2016 y 29 el año anterior, según datos oficiales.
"Estudios de investigación sugieren que incluso drones pequeños de 400 gramos pueden constituir un riesgo crítico para la seguridad de un helicóptero", advierte el ministerio de Transporte.
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La nueva normativa distingue además entre el "piloto remoto" y el "operador del dron pequeño" para "reflejar sus diferentes responsabilidades".
A partir de noviembre de 2019, el Gobierno británico va a exigir licencia de vuelo al piloto de drones y el registro oficial de los aparatos voladores no tripulados con un peso superior a los 250 gramos.