"Esa gente se hacía pasar por activistas de organización humanitaria, pero en realidad eran unos disfrazados que mantenían estrechos nexos con extremistas y procuraban preservar el estado de guerra en Siria", dijo en una rueda de prensa.
"Ese hecho no sorprende porque Ottawa, junto con algunas otras capitales occidentales, siempre prestó y sigue prestando a esa organización apoyo moral y ayuda financiera directa", apuntó Zajárova.
La ONG Cascos Blancos, que recibió un amplio apoyo en Occidente, declara que su objetivo era el rescate de los civiles en las zonas de conflictos armados.
Sin embargo, el Ministerio de Exteriores ruso calificó la labor de los Cascos Blancos como un elemento de la guerra informativa dirigida contra las autoridades de Siria.
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A su vez, el Ministerio de Defensa ruso denunció la implicación de los Cascos Blancos en la escenificación de los supuestos ataques químicos en las localidades sirias de Jan Sheijun en 2017 y en Duma en 2018.