"El punto positivo es que varias medidas de la UE fueron reconocidas oficialmente como discriminatorias, lo que puede hacer difícil la vida de los promotores de nuevas medidas discriminatorias en relación con el gas ruso en Europa", dijo.
A la vez indicó que los intentos de obstaculizar la cooperación energética entre Rusia y la Unión Europea continuarán, "teniendo en consideración la presión que ejerce EEUU y las acciones de los países de su órbita dentro de la UE".
De acuerdo con la decisión, la OMC dio razón a Rusia al declarar ilegales las restricciones de la Comisión Europea al uso de las capacidades del gasoducto Opal.
También reconoció como ilegales las preferencias discriminatorias a los proyectos de infraestructura y el otorgamiento a ellos del estatus de 'proyectos de interés común' siempre que estén orientados a suministrar gas no proveniente de Rusia en el marco de la medida RTE-E (redes transeuropeas de energía).
Más: Gazprom, contento con la decisión de la OMC sobre las infracciones de la UE
Sin embargo, Moscú no consiguió impugnar, entre otros aspectos, las normas relativas a la separación entre los operadores de las redes de transporte y los suministradores y productores de energía, que obstaculizaron la construcción del ya cancelado gasoducto South Stream de Rusia a la UE.