"Ante esta situación, Colombia debe declarar un Estado de Emergencia e incluso declarar una conmoción social, que haga que los esfuerzos fundamentales como Estado se orienten a garantizar la vigencia y el respeto a los Derechos Humanos de los inmigrantes venezolanos", señaló Alonso Ojeda.
Según cálculos de la ONU, más de 1,6 millones de venezolanos dejaron su país en los últimos tres años debido a la situación social y económica, pero el 90% de ellos se ha concentrado en Colombia, a donde diariamente ingresan unos 35.000 personas.
"Colombia no debe endurecer sus medidas migratorias contra los venezolanos, como lo hicieron Ecuador y Perú, ya que se trata de un drama humanitario que se ha de afrontar con el respaldo de la comunidad internacional, por lo que hace falta el concurso de la ONU, la OEA y la CIDH para aliviar la situación", consideró Ojeda
Diálogo con ONU
El 23 de agosto el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, se reunió en Nueva York con el secretario general de la ONU, António Guterres, para tratar la situación, según confirmó un despacho del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.
Las recientes medidas adoptadas por Ecuador y Perú agudizan la situación para el Gobierno colombiano que considera que cerrar las fronteras no es una opción.
"La frontera de Colombia y Venezuela es totalmente porosa, son 2.200 kilómetros que recorren desde la punta norte colombiana, en La Guajira, y se pierde abajo, en el Amazonas, es decir, nada sacaría el Gobierno colombiano con dar la orden de cerrar las puertas a la inmigración, porque los venezolanos van a seguir entrando al país de todos modos", destacó Ojeda a esta agencia.
Aunque las autoridades migratorias colombianas sólo permiten el acceso de venezolanos que cuentan con una Tarjeta de Migración Fronteriza (TMF), para la cual se registraron más de 1.500.000 venezolanos, que ingresan y salen del país de manera constante para comprar medicinas y alimentos, se calcula que al menos otros 400.000 permanecen como indocumentados.
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Los Puentes Internacionales Francisco de Paula Santander, Simón Bolívar y La Unión, en el nordeste de Colombia, son los pasos más usados por los inmigrantes venezolanos, quienes ahora copan albergues en zonas de frontera y ya han colapsado uno más que dispuso la Iglesia Católica y la autoridad local en la ciudad de Cali (suroeste), por lo que se han tomado parques y algunas calles.
Sin xenofobia
Pese a esos hechos, por el momento en Colombia no se registran brotes xenófobos contra los inmigrantes, como sí ocurrió en días pasados en Brasil, donde residentes atacaron un campamento en la ciudad fronteriza de Pacaraima que obligaron a 1.200 venezolanos a dejar el país.
Asimismo, destacó que el reto no es fácil y requiere el respaldo de la comunidad internacional, ya que "el Estado colombiano viene arrastrando una alta deficiencia en el cumplimiento de los derechos humanos con sus mismos nacionales y ahora debe afrontar una situación dramática como las de los inmigrantes venezolanos".
Un reciente fallo de la Corte Constitucional de Colombia obliga al Estado a atender a todos los inmigrantes venezolanos en materia de salud, para lo cual deberá disponer de mayores recursos.