Del nombramiento informa el semanario "Le Canard enchainé". Hoog, ya formaba parte de un grupo de "expertos" europeos creado por la Unión Europea para luchar contra las "noticias falsas", en el que se pueden encontrar periodistas siempre políticamente correctos y ninguna voz discordante con la idea que las élites de la prensa continental tienen de la información.
En todo caso, Francia se convierte en el primer país europeo en intentar legislar sobre la información, con una ley que ha suscitado la desaprobación de todas las fuerzas políticas opositoras y de algunos miembros del grupo parlamentario que sostiene al jefe del Estado.
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La nueva ley "contra la manipulación de la información", aprobada hace poco más de un mes con nocturnidad y la Asamblea medio vacía, perseguirá judicialmente "toda alegación o imputación de un hecho desprovisto de elementos verificables que le puedan convertir en probable". La norma, considerada por algunos medios de prensa- pocos- como "liberticida", permitirá denunciar ante un juez una información que el magistrado deberá, en solo 48 horas, definir si es falsa o no.
El Senado francés, donde la derecha tiene la mayoría, rechazó el 25 de julio el texto del proyecto de ley, que volverá a ser discutido en la Asamblea. El principal sindicato de periodistas del país, la SNJ (Societé National des Journalistes) aplaudió a dos manos la postura de los senadores.
Eric Ciotti, diputado conservador de Los Republicanos, se preguntaba si a partir de ahora existirá una verdad oficial. "Cuando el poder comienza a definir la verdad", subrayó, "la democracia está en peligro".
Recordemos también lo que dijo el dirigente del partido derechista "Debout la France", Nicolas Dupont-Aignan: "es una ley para manipular la información".
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Según el semanario Marianne, se trata, para Macron, de una ley contra los medios rusos, a los que acusó de haber propagado informaciones, según él, falsas, durante la campaña electoral que le llevó al poder en 2017.
Además, Macron y otros mandatarios europeos temen que esos comicios se conviertan en la plasmación popular del "iliberalismo" que según ellos se extiende por todo el Viejo Continente. El nacionalpopulismo que arrasa en los parlamentos desde los países nórdicos hasta Italia, pasando por toda Europa Central, ha disparado las alarmas en París, Berlín y, por supuesto, Bruselas.
Formar a los ciudadanos
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Si en el reciente pasado los medios de prensa franceses y su agencia oficial eran unánimamente "objetivos" en sus informaciones antiserbias, hoy son coincidentes en su visión antirusa y antiisrael, sin mencionar la obsesión con Donald Trump, que comparten con los medios del "establishment" norteamericano.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK