"Nadie duda de que Al Nusra y Al Qaeda son terroristas (…) según nuestras estimaciones, son más o menos 10.000 personas más sus familias", dijo a la prensa.
De Mistura agregó que en la provincia hay unos 2,9 millones de civiles.
El diplomático afirmó que "todos sabemos que tanto Al Nusra como el Gobierno de Siria tienen la oportunidad de producir cloro de combate" y reiteró que el posible uso de armas químicas en Idlib es absolutamente inaceptable.
El enviado especial pidió más tiempo para las negociaciones de paz sobre Idlib, con el fin de evitar la escalada repentina de la violencia y tratar de encontrar una solución que no afecte las vidas de los civiles.
En 2017, el territorio de Idlib comenzó a formar parte de la zona de distensión del norte de Siria, patrocinada por Turquía, que es junto con Rusia e Irán garante de la tregua en el país árabe, acordada en el marco del proceso pacífico de Astaná.
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Damasco declaró en julio pasado que se reserva el derecho de usar la fuerza militar para recuperar la provincia de Idlib si esta rechaza la reconciliación.
El 29 de agosto el canciller ruso, Serguéi Lavrov, resaltó la necesidad de planificar una operación contra los terroristas en Idlib haciendo todo lo necesario para minimizar los riesgos para la población civil.